Friday, November 10, 2006

NO ME ACARICIES





Sobre una hoja, coloreadas como una hermosa flor, se posan dos mariposas. ¿Qué hacen? ¿Se besan? ¿Se abrazan? ¿Se hablan?

Al lado, no muy lejos, sobre otra hoja, descansa una mariposa coloreada con dibujos hipnotizadores de color marrón, blanco y negro.

Pues bien. Seguro que casi todos pensamos que las mariposas, al igual que muchos otros animales, huyen simplemente con vernos. Pero, sin embargo, estas mariposas se dejaban tocar. Les acariciamos las alas mis amigos y yo y no huyeron. Es más, parecía gustarles nuestras caricias. Fue una muy bonita experiencia, que deseo repetir.

Puede que un día, sin que nos demos cuenta, una mariposa se acerque a nosotros para pedirnos una caricia, o un gorrión, o una araña, o una hormiga, ... ¿Imposible? Pues más imposible sería si desaparecieran, ¿no os parece?


Lo que está inclinado lo escribí estando equivocado. No sabía que las mariposas tenían un polvo en las alas que, si se las acariciaba, se lo quitaba. Desde esta entrada pido perdón por mi error y le doy las gracias a Esther por enseñarme una cosa más de la vida.

2 comments:

Anonymous said...

Tenía entendido que si se las toca, las haces enfermar, pues les quitas, sin querer, el polvillo que protege sus finas y delicadas alas.
De la misma manera, cuando cortas una flor, la condenas a una muerte más temprana, pues en un jarrón perecen antes que en su rama.
La naturaleza es así. Lo bello es intangible.
No se puede poseer la belleza, hay que conformarse con apreciarla, pero el ser humano es tan obstinado...

Lugia said...

¡Vaya! No lo sabía. Ahora mi sentimiento de culpabilidad me perturba. Gracias por enseñármelo, así mi error no se volverá a repetir.