Oyendo las palabras del mar,
hablando en este hermoso lugar,
pensando en lo que vendrá mañana,
pensando que no existen paradas.
Olas de sentimientos robados,
reflejos de luz descolorados,
un sin fin de miseria y tristeza,
unidos a una mala riqueza.
Me dirijo hacia este agua tan fría,
admirando este precioso día.
De esta manera acaba mi suerte,
y así me dirijo hacia la muerte.
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