Saturday, November 11, 2006

ENTRE LA LUZ Y LA OSCURIDAD

El cielo estaba despejado.
Ni una sola nube tapaba el Sol.
Estaba desesperado,
necesitaba salir de mi prisión.

La puerta de hierro estaba cerrada,
era imposible de abrir.
Había mil llaves colgadas,
sobre la pared de oscuro teñir.

Probé las llaves una a una,
metiéndolas y girándolas en la cerradura.
Al final, la puerta se abrió hacia la libertad,
desencadenándome de mi soledad.

Pero al salir, el Sol no estaba,
sino la Luna, su querida amada.
Todo estaba negro, sin estrellas,
sin sus sonrisas tan bellas.

Pero ha servido de algo entrar al mundo,
y de salir de lo profundo.
Hoy, todo está negro y triste,
pero mañana, el Sol tendrá su sonrisa irresistible.

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