Thursday, August 31, 2006

LA MAGIA DE UNA ESTRELLA

Lo primero que quiero hacer, es advertirles que esto no es ningún cuento. Es algo que me ha pasado de verdad y que me gustaría compartir con todos vosotros.

Todo pasó anoche, cuando estaba preparado para sumergirme en mis sueños. Eran poco menos de las doce cuando mis ojos empezaban a cerrarse lentamente. Viendo que no aguantaban más, decidí apagar la tele e irme a dormir. Cuando llegué a mi cuarto, encendí y apagué la luz rápidamente. Un mal presentimiento se apoderó de mí cuando vi una poderosa luz atravesar las diminutas hendiduras de la persiana. Cuando la abrí, mi presentimiento era real. Eran los focos de los vecinos, que apuntaban directamente a mi cuarto, impidiéndome dormir.

Lo primero que hice fue sacarle fotos, ya que esto no es la primera vez que pasa, y por mucho que les digamos que estas luces molestan, nunca van a aprender. Pero esto no viene a cuento.

Lo próximo que hice fue cerrar la persiana completamente y encender el ventilador, pero pasaban los minutos sin que yo pudiera dormir del insoportable calor que hacía. Volví a levantar la persiana para ver si habían apagado las luces, pero no fue así. No podía dormir y me fui al jardín para tomar el aire y hablar con mis queridas amigas: las estrellas.

Así es, cada noche les hablo y les pido el deseo que me haría muy feliz. Tengo la sensación de que me hablan, aunque no las entiendo, pero me imagino lo que quieren decirme. Me quedé hablando con ellas unos 15 minutos. Tenía mucho sueño y quería irme a dormir, así que decidí intentar hacer algo: ir a quejarme a los vecinos. Pero, sin embargo, mi naturaleza cobarde y miedosa me lo impedía. Así es, soy un cobarde, y lo reconozco, y como no me atrevía a ir decidí volver a mirar al cielo. Esta es mi gran experiencia. Había una estrella que parpadeaba con fuerza, como si me estuviera riñendo de mi cobardía. Es posible que os parezca una tontería o que estoy loco, pero esa estrella hizo que mi corazón se calmara y me dio el suficiente valor para ir a quejarme. No pasó nada, simplemente apagó la luz, bastante enfadada, pero no pasó nada.

Volví a mi casa bastante contento, pero con el sueño que pronto iba a desaparecer. Me tumbé sobre la cama, pero no cerré los ojos. Miré a la ventana, y la estrella que antes parpadeaba de una manera, ahora parpadeaba de otra. Me hizo sonreír, aunque no sé por qué. Es un sentimiento difícil de explicar. Hay algo mágico en las estrellas, y sé que me cumplirán el deseo que les pido cada noche.

A causa de las luces urbanas no vemos todas las estrellas que hay en el cielo. Puede que por lo que os acabo de contar penséis que estoy loco, pero quién está loco cuando se trata de sueños.

Thursday, August 24, 2006

NUBES

Qué tranquilidad. No hay ni un solo ruido de coche, ni de grito. Solo se oye la suave melodía de los pájaros despertarse entre la tenue oscuridad, que se va disipando lentamente. La hierba está fría y húmeda, por eso me tumbo sobre ella para poder contemplar el cielo. Todavía hay demasiada oscuridad para poder ver nubes con claridad, pero espero con paciencia.

Las nubes me fascinan. Son libres, viajan sin destino, cambiando constantemente de dirección y velocidad, viajando sobre montañas, desiertos, mares, ... Flotan como si fuera una suave pluma empujada por el viento. Pueden producir hermosos fenómenos, como rayos, lluvia, nieve, granizo, … todos destructivos, aunque también pueden producir hermosos fenómenos inofensivos, como nubes de colores y halos.

Pero no espero el poder ver a las nubes por lo que os acabo de contar. La cosa que más me fascina de la nubes es la multitud de formas que pueden llegar a tener: de un conejo, de una oveja, de un caballo, de un perro, … y más tarde, estas formas se convertirán en otras que a lo mejor no significan nada, pero a lo mejor sí.

Por fin se ve el cielo con claridad… No hay ni una sola nube en el… ¡Esperad! Hay una a lo lejos, pequeña y frágil, con forma de hoja. Está sola, completamente sola. ¿Qué sientes, pequeña nube? ¿Estás triste? Pues si lo estás no pasa nada, puesto que todavía te queda mucho viaje.

Tuesday, August 15, 2006

UN SUEÑO DEL PASADO

Es por la mañana, delante de un calmado mar. El Sol aún no se ha levantado del todo, pero se puede ver un poco su rostro. La Luna va desapareciendo lentamente del cielo, junto con las estrellas, que siguen brillando. El cielo no es negro, sino rosado, mezclado con tonos de amarillo y rojo. Las olas se empiezan a ver al fondo, viajando tranquilamente hasta la playa, sin ninguna prisa. Una suave brisa refresca mi sueño, que es infinito, haciéndome olvidar que lo tengo. Y es verdad que lo tengo, al sueño me refiero, porque que aún queden mares tan bellos tan solo es un sueño.

Por fin me despierto, y no hay agua, ni vida, ni belleza. Tan solo hay tierra, basura y animales sin vida. Por eso me voy, antes de que la luz del Sol me muestre la terrible imagen de lo que antes era el hogar de millones de seres vivos, del que me incluyo. A veces me pregunto quién tiene la culpa y siempre me doy la misma respuesta: “La culpa es mía por no hacer nada”.

DIFERENTE, PERO IGUAL

Entre tantos árboles se ve a otro árbol muy distinto. Sus hojas son de un verde oscuro, mientras que el verde de los demás árboles es más claro. Este árbol es más grande. Mientras que los demás solo llegan hasta el horizonte, este árbol llega hasta el cielo. Pero, sin embargo, este árbol no es tan distinto. Al fin y al cabo también es un árbol, así que ¿por qué los demás no lo querrían?