Saturday, September 30, 2006

CRI-CRI

Cri-Cri hacen los grillos por la noche. Interrumpen la tranquilidad de una manera muy tranquila. Es agradable escuchar a un grillo. No pican, no hacen daño y la entrada es gratis. ¿Por qué irse a un concierto cuando se tienen a los grillos?

LA CANCIÓN DEL AMOR

Un pájaro azul se posa sobre una rama.
Empieza a cantar una hermosa melodía,
pretendiendo atraer a su bella dama,
que cualquier cosa por ella haría.

Un pájaro más claro que el que canta,
se posa al lado del cantante.
Su bella canción es una carta,
en la que dice “quiero ser tu amante”.

Del pájaro se apodera la tristeza,
cuando su amor volando se retira.
“Quiero ser el dueño de tu belleza”
le dice el pájaro mientras la mira.

Ya no se oye al pájaro cantar,
sus ojos expresan su melancolía.
“Quiero contigo volar,
y lo conseguiré algún día”.

Pasan los años sin su amada,
viviendo solo, enfermando por ella.
Pero no ha conseguido nada,
salvo mucho dolor y querellas.

Por fin, el pájaro descansa.
ha perdido esta batalla tan dura,
pero ha luchado con escudo y lanza,
por poder tener de su amor ternura.

Friday, September 29, 2006

EL VERDE QUE RENACE

Un lago es como un espejo,
tan transparente, tan hermoso.
Veo en él mi reflejo,
mi pasado doloroso.

Tuve que irme por un asesino,
un asesino enorme y ardiente,
que quemó matorrales y pinos,
muy lentamente.

Vuelvo a mi antiguo hogar,
coloreado de rojo y verde
Y, por eso, no voy a llorar.
O puede que sí, porque estoy alegre.

ESPERO

La mañana es fría, muy fría.
La humedad recorre mi mente,
que solo es mía,
no es de la gente,

Me hace olvidar lo que soy,
lo que he sido y lo que seré.
Nunca disfruto hoy,
lo que mañana perderé.

Quiero ver el cielo azul,
lleno de aves volando,
Y al Sol soltando luz.
Pero no desespero, sigo esperando.

SABER ESCUCHAR SIN PALABRAS

“Escucha atentamente”. Eso es lo que siempre me decían los mayores: mi madre, mi padre, mis profesores, … Nunca les escuchaba. Siempre pensaba en otras cosas mientras los rugidos de sus gargantas golpeaban mis oídos sin hacer efecto.

Pero un día, por la mañana, un hermoso sábado de primavera, algo me llamó mucho la atención. Mientras jugaba con mis amigos a torturar a una pobre hormiga echándole agua sobre su pequeña y frágil cabeza, me di cuenta de que esta hormiga nos hablaba. Una extraña sensación me vino al corazón, y comprendí el dolor que sentía aquella pobre hormiga. “Dejémosla” les sugerí a mis amigos “está sufriendo y no se merece esto”. Los ojos de mis amigos se volvieron hacia mí confundidos. Por suerte, eran buenos amigos, y me hicieron caso.

Pero esa no fue la única vez que me pasó. Mientras leía un libro de misterio, vi a una pequeña araña deslizándose por la ventana de mi cuarto. Me acerqué a ella muy despacio, y comprendí que tenía hambre. Empezaba a aprender a escuchar atentamente, aunque es posible que no sea precisamente aprender. Por supuesto, ni una araña ni una hormiga hablan, por lo que es difícil entenderlas. Pero no se necesita oído: se necesita corazón. Cuando vi a la hormiga ahogándose aquella mañana, todavía no comprendía por qué la entendí. Tampoco lo comprendí cuando la araña se deslizaba por mi ventana. Lo entendí una tarde, cuando las flores se estaban cerrando, entonces, comprendí que tenían sueño. Y no me hablaron. Lo único que necesité fue mi corazón y mis sentimientos.

Por desgracia, muchas veces veo a mujeres aplastar grillos cuando están cantando, a niños arrancando los pétalos de una margarita cuando ella simplemente se limita a reflejar su hermoso color blanco, … Una lástima, ¿no creéis?

Saturday, September 23, 2006

ARREBATANDO LA VIDA

Todos somos asesinos. Hasta yo soy un asesino. Puede que no haya matado a ninguna persona, pero he matado a seres vivos. El simple hecho de que vivan, también les convierten en seres que mueren y que sufren. Matamos a las a moscas cuando se posan en nuestra comida. Matamos a los mosquitos cuando los oímos y aún no nos han picado. Matamos a las hormigas cuando invaden nuestra casa. Incluso los más crueles matan a las plantas, que están indefensas.

Pero no nos damos cuenta de que matamos sin ninguna razón. Las moscas es posible que sean molestas, pero son muy importantes. Sin moscas, el mundo estaría lleno de cadáveres, pudriéndose en las calles, aumentando el olor fétido. Yo se lo digo a mi madre, pero ella siempre me da la misma respuesta: “hay bastantes”. Es posible que haya bastantes, pero cada mosca que matamos con el matamoscas sufre. Pero no estoy criticando a los que matan moscas, porque yo también las mato, si son demasiados pesadas, claro.

Otro animal que solemos matar son los mosquitos. Transmiten enfermedades, al igual que las moscas, pero solo son las hembras las que pican. Cuando vemos a un mosquito fuera lo matamos sin pensarlo, aunque sea macho. Pero, por supuesto, tampoco deberíamos matar a las hembras. Se suelen alimentar de nuestra sangre por la vida que lleva en su interior. Sin esa sangre, su progenie no viviría. Estoy seguro de que si nuestras madres tuvieran que hacer cualquier cosa para que viviéramos también lo harían.

Aunque no sean motivos suficientes, nosotros seguimos matando a algunos animales pequeños como lo que os acabo de contar. Pero lo que no soporto es que maten animales de una manera brutal y sangrienta, como los toros. La verdad no entiendo cómo podemos hacer esto. No creo que a nadie le gustaría que le plantáramos cuchillos en la espalda, mientras todo el público aplaude y ríe. Cuando les digo esto a algunos de mis amigos me dicen: “es que tenemos que alimentarnos”. Sí, es cierto. Estoy de acuerdo. Pero hay maneras de acabar con la vida de un animal mucho más delicadas, sin que el animal sufra, como una simple inyección.

Matamos animales, pero ellos pueden defenderse, y algunos se salvan. Pero ninguna planta se salva cuando queremos matarla. No tienen muchas armas de defensa contra nosotros, yo creo que ninguna. Las plantas son muy importantes, nos aportan oxígeno.

Bueno, queridos lectores. Esta es mi manera de pensar de las cosas. Por supuesto, respeto cualquier manera de pensar, ya que es vuestra cultura. A algunos puede que no os guste lo que os haya contado, pero, puede que a otros sí. Pero mi manera de pensar es muy sencilla: “somos asesinos si matamos a un ser vivo”.